Cuando te sientas con jet lag, agotado o al borde de la enfermedad, los adaptógenos pueden ser la cura. Con el tiempo, estas plantitas naturales, hongos y hierbas pueden ayudarte a adaptarse a varios factores estresantes internos y externos.
¿Qué son los adaptógenos?
La palabra "adaptógeno" ha proliferado en el mundo del bienestar, pero para ser considerada un adaptógeno, una planta debe cumplir con los siguientes tres criterios.
Primero, necesita aumentar su resistencia no específica al estrés, es decir, apuntar a su cuerpo como un todo en lugar de a una parte específica.
En segundo lugar, tiene que ser algo con lo que se pueda formar un hábito;
Y tercero, no debe ser tóxico.
¿Cómo actúan los adaptógenos?
Los adaptógenos te ayudan a lidiar con los factores estresantes ambientales y emocionales al modular y normalizar su respuesta a las hormonas del estrés cuando están desequilibradas. Por ejemplo, si tu cuerpo normalmente está acostumbrado a un clima más cálido y viajas a algún lugar frío, los adaptógenos pueden ayudarte a responder y recuperarte al impacto del cambio de temperatura.
Estos hongos y plantas ayudan a recuperarte cuando sea necesario. Con el tiempo ayudan a construir, respaldar y aumentar los sistemas del cuerpo que ya funcionan para poder hacer su trabajo de manera más efectiva y fácil.
Beneficios de los adaptógenos
Cada adaptógeno no solo tiene beneficios específicos como fuerza, inmunidad o salud intestinal, sino que el efecto también varía para cada individuo. Por ejemplo, si una persona que experimenta mucho estrés toma un adaptógeno calmante como ashwagandha, tendrá más impacto en ella que en alguien que ya se siente relajado. Cuando se trata de la cantidad, hay muchas variables involucradas, como la dieta, el sueño y el ejercicio, pero para la mayoría, para empezar, de medio gramo a 1 gramo es una dosis común y muy buena.
Melena de león, reishi y chaga
Hay muchos adaptógenos diferentes, pero entre los más populares se encuentran el reishi, el chaga y la melena de león. Apodada la reina de los hongos o el hongo frío, el reishi ayuda principalmente a reducir el estrés, y dado que el estrés tiene una gran variedad de causas subyacentes, se recomienda este hongo como el indicado para empezar. Si reishi es la reina, entonces chaga es el rey. Rico en antioxidantes y popular entre los viajeros frecuentes, chaga es su guardaespaldas diario porque ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. Por último, conocido como el hongo del cerebro, la melena de león ayuda a respaldar la productividad y la creatividad, es como un apapacho para tu cerebro.
El sabor de los adaptógenos se puede describir como terroso y, a veces, amargo, lo que generalmente se correlaciona con la fuerza. Pero la verdad es que te vas acostumbrando, de todos modos, te recomendamos mezclarlos con bebidas calientitas con cacao, jugos verdes o smoothies, hasta con tu café en lo que te acostumbras al sabor.
Los adaptógenos se pueden consumir en forma de píldoras y tinturas, pero la forma más común es el polvo, específicamente, los polvos extraídos como los de Commons Botanicals, que desbloquean los compuestos beneficiosos y hacen que los adaptógenos sean más biodisponibles. El proceso de extracción es crucial porque hay algo llamado quitina en las paredes celulares de los hongos que el cuerpo humano no puede descomponer.
A pesar de los muy elogiados beneficios, es importante tener en cuenta que los adaptógenos no pueden hacer algo de la nada. Si primero no tiene una base saludable, no serán los más efectivos (y, por supuesto, no reemplazan a la medicina moderna).
Y al final del día, tomar adaptógenos debe ser un ritual, es mejor consumir esto, en porciones pequeñas todos los días, durante un período de tiempo prolongado. La mejor manera de incorporar un adaptógeno en tu vida es hacerlo parte de tu rutina cotidiana actual. Solo recuerda que hay que usarlos al menos por 2 o 3 meses diariamente, descansando los fines de semana, esto para que tu cuerpo no haga tolerancia y siga sintiendo los beneficios de estos seres mágicos.